sábado, 31 de marzo de 2007

Visita al museo arqueológico

Juan andaba nervioso. Tenía la obligación de acabar de escribir un libro para la siguiente semana y aún ni tan siquiera se le había ocurrido el título de la novela.

Paseó durante días por Córdoba con la ligera esperanza de encontrar la más leve inspiración que no sentía...

Dio vueltas por las calles escondidas de la capital y sus bonitas construcciones y nada... ni por asomo. Este día en cuestión ...Juan tenía un recorrido marcado que acabaría en el museo arqueológico de Córdoba ....le habían dicho que tenia un patio muy bonito con unas buenas arcadas y una preciosa fuente ...y ...como además el edificio estaba pintado de blanco esperaba encontrar ahí una musa del pasado que le ayudara ...

Juan anduvo lento hasta el museo... llegó y pagó su entrada y empezó a andar por el edificio viendo todo lo bello que había dentro de él. subió también a la primera planta ...más pequeña que la segunda pero de igual belleza en sus figuras y en su historia

De repente sintió ganas de bajar a la planta baja de nuevo pues recordaba algo que le había llamado la atención... misteriosamente y agradablemente

La Afrodita agachada. Era la figura que por su belleza le había cautivado. Él pensaba que toda mujer tenia su valor y belleza esenciales. Ninguna tenía porque sentirse menospreciada... al menos a los ojos de Juan.y la Afrodita agachada con esa elegancia al curvar su cuerpo que resaltaba sus formas de mujer le había marcado a Juan como hombre ....

Volvió y se la quedó mirando lo que falto de día para cerrar el museo.

Cuando avisaron que el museo cerraba... Juan se fue a su casa con la sensación de haber aprovechado bien la visita al museo. si más no ....la belleza de la afrodita valía la pena de contemplar ...

Llegó a su casa y comió un bocadillo deprisa y mal... sentía que la musa le volvía a pasos agigantados y era algo que no podía desperdiciar, como escritor, de ninguna de las maneras...

Se sentó frente al ordenador. dispuesto a sentir la inspiración como resurgía de dentro y Comenzó a teclear ... de repente se dio cuenta que era tardísimo pero también se dio cuenta se dio cuenta de algo más ....felizmente la mitad del libro ya estaba escrita ....
Alrededor de la figura de la afrodita se le ocurrió toda la historia. ambientada en un pasado romano y con la belleza de la mujer por medio ...




Se le había ocurrido una guerra entre pueblos. por una mujer hermosa pero ambiciosa a la par ....la perdición de todo hombre (pensaba Juan )...perdición pero de igual manera disfrute para todos los sentidos de cualquier persona ...que se preciara de serlo ...


En una semana Juan había acabado de sobras el libro y a finales de semana lo llevo a la editorial. En cuanto lo leyeron se quedaron estupefactos con la imaginación que Juan llevaba con respecto a la maravillosa mujer...


Lo llamaron y le dijeron que lo publicarían a lo que Juan se puso feliz y mientras hablaban el editor le preguntó si había llegado realmente a conocer esa mujer a fondo. si realmente existía ...

Juan se sonrió y contesto que sí, que realmente existió en su vida y le había marcado tanto que le había dado toda la inspiración que una musa le podía llegar a dar. El editor le dijo a Juan que realmente se alegraba por él y que mujeres así no se podían dejar escapar. Ese día Juan sintió que debía algo a alguien...

Se vistió con calma y salió a la calle dispuesto a volver al lugar donde empezó esta historia. Pagó su entrada de nuevo y la chica de la entrada que lo reconoció le sonrió suavemente... Juan ni se dio cuenta pues entraba dispuesto a ir a dar las gracias a una persona que en algún tiempo seguro existió y volvió a resurgir de una figura. buscó y buscó entre todas las salas del museo Arqueológico de Córdoba y cual sería su sorpresa cuando no la encontró ....le preguntó a una de las chicas de información y ella le dijo que la figura en cuestión había sido trasladada a un lugar de preferencia en Madrid (por cuestiones estatales sobretodo) y donde seguramente su ocupación final sería de mayor relevancia ....

Decepcionado Juan se fue al patio central del museo y desde allí elevó la vista al cielo dando las gracias a dios y a afrodita por la inspiración recibida y prometió que iría a Madrid a decirle adiós convenientemente y en persona
Su libro fue un éxito de ventas y pudo cumplir su promesa. Se acercó a Madrid dispuesto a darle las gracias a afrodita y la encontró... se sintió feliz y cuando salió de verla ya tenía la idea de otra novela...

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